Sr. Director:
Los graves errores de gestión interna en la aplicación del Simce no son inocuos ni de “orden menor” como algunos han señalado. Es verdad que una cobertura del 97% a nivel nacional puede parecer suficiente, pero el único estándar aceptable para eventos de esta magnitud y relevancia es el 100%. ¿Por qué normalizamos la mediocridad cuando se pudo hacer con excelencia? En Tarapacá la cobertura llegó apenas al 80,41%.
La magnitud del problema se vuelve evidente cuando lo trasladamos a otros planos: ¿Qué ocurriría si, por errores del Servel, solo se constituyeran el 97% de las mesas, dejando a cientos de miles de chilenos sin poder ejercer su derecho a voto? ¿O si solo se instalaran el 97% de los locales de rendición PAES, cuya aplicación es irrecuperable?
En el plano político, la educación escolar está en las últimas prioridades. No es extraño, por tanto, que se le baje el perfil y nadie asuma las responsabilidades políticas por la inobservancia en la aplicación de una prueba establecida por ley. Mientras tanto, los colegios afectados tienen que vivir en la incerteza de una fecha “de recuperación” y reorganizar nuevamente el calendario escolar, que es siempre estrecho y difícil de modificar.
Kevin Canales es director regional de IdeaPaís Biobío. Columna publicada en La Segunda, el 03 de noviembre.
